Este blog tiene como objetivo compartir intervenciones en eventos académicos que no han sido publicadas antes a texto completo, reflexiones de la autora sobre temas relacionados con la historia y la sociología de enfermería y publicaciones en revistas que todavía no son accesibles en Internet.

viernes, 29 de septiembre de 2017

Historia de la Enfermería en Colombia. Capítulo de un libro.

Historia de la Enfermería en Colombia
Por: Ana Luisa Velandia Mora·
Está publicado como capítulo de un libro:
Velandia Mora, Ana Luisa. Historia de la Enfermería en Colombia. EN: Cultura de los Cuidados. Historia de la Enfermería Iberoamericana. Capítulo XI. Alicante (España), Editorial Club Universitario, 2011. Pp: 349 – 380. ISBN 978 – 84 – 9948 – 312 – 2

Puntos relevantes
La punta de lanza en el desarrollo de la enfermería colombiana se da en el sistema educativo: Sus inicios se marcan en 1903 con el entrenamiento de enfermeras y parteras en el Hospital Santa Clara de Cartagena de Indias, a cuyas primeras alumnas la Gobernación de Bolívar les reconoció el 7 de Febrero de 1906 su entrenamiento. En 1958 se establece el Programa de Licenciatura en Enfermería en la Universidad Nacional de Colombia. A mediados de la década del 60, se empiezan a ofrecer programas de postgrado en las áreas asistenciales de psiquiatría y salud mental y en materno infantil. En 1972 se establecen los primeros programas de Magister en Enfermería, con énfasis en Administración de Servicios y en Educación. En el 2004 se abre el primer Programa de Doctorado en Enfermería en Colombia, en la Universidad Nacional.
Estos hechos han contribuido a su desarrollo científico – tecnológico. Actualmente existen en Colombia más de 10 revistas de enfermería, varias de ellas indexadas internacionalmente y con buenos índices de impacto.
En cuanto a las prácticas de enfermería, se han venido modificando de manera acelerada, debido a las reformas del sistema de salud colombiano.
La evolución legal y gremial ha sido más lenta y con más tropiezos, pero el fin del Siglo XX trajo una nueva Ley de Enfermería, de la cual se desprendieron asuntos importantes, entre los cuales, tal vez el más importante, sea la creación del Tribunal de Ética de Enfermería, que incluye a la profesión en el selecto grupo que cuenta con su propio Tribunal y sus Magistrados, con patrocinio estatal.
La relación de la enfermería colombiana con el extranjero, pasó de la influencia francesa a la norteamericana, luego a una influencia interregional y últimamente empieza a verse la influencia española, más en el aspecto educativo que en el de prestación de servicios de salud.
Palabras Claves
Historia, enfermería, Colombia, educación, práctica profesional.
Estructura de tópicos
Inicialmente presento los aspectos conceptuales que orientan el trabajo: el esquema de análisis y herencias recibidas por tradición por la enfermería colombiana; para luego centrarme en la exposición sobre la evolución de la enfermería colombiana entre 1919 y 2008. Tomando como ejes de análisis: el sistema educativo, el desarrollo científico – tecnológico, las prácticas de enfermería, la evolución legal y gremial, y cerrando con la relación con el extranjero.  La periodización se estableció tomando  seis etapas delimitadas por hitos de la enfermería colombiana: 1900 – 1919, 1920 – 1934, 1935 – 1954, 19955 – 1974, 1975 – 1990 y 1991 – 2008.

Introducción
Esquema de Análisis. Los elementos principales de la identidad profesional son de dos clases: los primeros son residuales, recogidos de la tradición histórica que puede ser milenaria; y los segundos, son contemporáneos o añadidos en etapas más recientes.
El matiz más interesante de este enfoque está dado por el análisis de dos temporalidades: una tradicional  ó residual, que representa el largo plazo; y otra de mediano plazo y corto plazo, expresada por los elementos añadidos en etapas más recientes, lo cual se relaciona con la idea de diversidad de tiempo histórico o ritmos históricos, de que habla Fernand Braudel.
Herencias recibidas por tradición. El Siglo XIX deja a la profesión de enfermería en Colombia, y yo creo que en toda América Latina, cuatro herencias: religiosa, femenina, militar y étnica. Es tal vez en el Siglo XIX cuando se consolida la influencia religiosa, por la presencia de órdenes orientadas a su acción en el campo de enfermería en diferentes países de América Latina. La influencia femenina es muy evidente en el Siglo XX; ésta concepción femenina de la enfermería, se desprende de la influencia religiosa. Por su parte, la herencia militar está muy relacionada con la situación política que se da en el Siglo XIX en esta región del mundo, motivada por los movimientos de emancipación y la creación de Repúblicas independientes de sus colonizadores. La herencia étnica se inicia con los saberes de los pueblos precolombinos que aun son visibles en los saberes médicos populares; continúa con los primeros colonizadores, algunos de los cuales eran miembros de órdenes religiosas y sirvieron como maestros, enfermeros y médicos en las nuevas tierras y se consolida con la influencia de otros nuevos tipos de colonización cultural, en los siglos siguientes. 
Ejes de Análisis. El análisis de la evolución de la enfermería en el siglo XX en Colombia,  lo haremos siguiendo el esquema que la autora ha utilizado en otros trabajos, tomando cinco ejes: el sistema educativo, el desarrollo científico tecnológico de la profesión, la práctica de enfermería,  la situación legal y organizativa del gremio y la relación con el extranjero.
Periodización. Teniendo en cuenta que este trabajo está orientado al análisis socio – histórico del proceso de profesionalización de la enfermería en Colombia durante el Siglo XX, a la luz del proceso histórico social de desarrollo del país; se tomó como punto de partida la aparición del primer curso para preparar enfermeras realizado en Cartagena en 1903 y la formalización del código deontológico de enfermería en 1998; lo cual denota que se tomó el Siglo XX como marco temporal de la investigación, sin descuidar los hechos entre 1998 y 2008. Se establecieron  seis etapas o periodos para el análisis global de los fenómenos: a) de 1900 a 1919, b) de 1920 a 1934, c) de 1935 a 1954, d) de 1955 a 1974, e) de 1975 a 1990, y f) de 1991 a 2008.

Desarrollo del Contenido

I.                   Sistema educativo

Etapa de 1900 a 1919. Sus inicios se marcan en 1903 con el entrenamiento de enfermeras y parteras en el Hospital Santa Clara de Cartagena de Indias. Carmen de Arco de la Torre, Manuela Abad de Guzmán y Eugenia Lafont viuda de Sierra, fueron sus primeras alumnas, a quienes la Gobernación de Bolívar les reconoció el 7 de Febrero de 1906 su entrenamiento”. (Ferreira, 2003:142).
En Bogotá en 1911, el Dr. José Ignacio Barberi, propuso a la Municipalidad de Bogotá la creación del Taller Municipal de Artes y Labores Manuales (para señoritas), el cual incluía un curso de enfermería práctica en el recién instalado Hospital de la Misericordia. Comenzó a funcionar en 1912 y el 28 de noviembre de 1915 graduó a un grupo de seis jóvenes a quienes el Municipio concedió el diploma, por demás curioso, de “Idoneidad en Medicina y Enfermería”. (Pedraza, 1954).
En esta misma ciudad en 1917, la Escuela de Comercio y Profesorado (para mujeres), otorgó el título de Enfermera a nueve señoritas en el Hospital San Juan de Dios de Bogotá. (Pedraza, 1954), (Durana, 1992). En 1919, según Jorge Bejarano, la Cruz Roja Colombiana invitó a Colombia a una reconocida enfermera belga, Madame Ledoux, enviada por la Liga de Sociedades de la Cruz Roja para fundar una Escuela de Enfermeras con todos los requisitos de la técnica; fue seguida poco después por la señorita Genoveva Gateau. Al sentir de Bejarano, esta creación fue la iniciación de muchas señoritas de la alta sociedad bogotana de hacer estudios de enfermería. Al terminar su misión Madame Ledu (sic), no se continuó con esta actividad. (Bejarano, 1948).
Las primeras enseñanzas sobre enfermería que se dieron en el Departamento de Antioquia se remontan al año 1914, cuando el doctor Miguel María Calle dictó en el Colegio Departamental, unas primeras clases. En 1917, siendo Rector de la Universidad de Antioquia el mismo doctor Calle, se abrió bajo su dirección un curso de enfermería para señoras, señoritas y religiosas de la Comunidad de la Presentación. Su duración fue de un año. Hacia 1926 se iniciaron otros pequeños cursos bajo la dirección del doctor Alberto Gómez Arango. (Callejas, 1967)
Etapa de 1920 a 1934. La Ley 39 de 1920 (octubre 20), sancionada el 22 de octubre por el Presidente Marco Fidel Suárez, estableció la enseñanza de comadronas y enfermeras en la Facultad  Nacional de Medicina (de la Universidad Nacional de Colombia). Sin embargo esta Ley  se cumplió sólo hasta el 7 de junio de 1924, cuando el gobierno dictó el Decreto Reglamentario 995 por medio del cual se establecía en la Facultad de Medicina una Escuela para la Enseñanza de Comadronas y Enfermeras.
Una escuela que tuvo gran impronta en los servicios de salud del país, fue la Escuela Nacional de Enfermeras Visitadoras, que se organizó en Bogotá a principios de 1930 desde la recién creada Dirección Nacional de Higiene, por intervención de los Dres. Pablo García Medina y José María Montoya; fue creada por el Decreto 905 de 1931, contando con la cooperación de dos enfermeras visitadoras norteamericanas seleccionadas y enviadas por la Fundación Rockefeller, Jane Louise White y Carolyn Ladd, de las Universidades de Michigan y Yale. (Durana, 2003). Por Resolución 42 del 26 de Febrero de 1932, se reorganiza y se nombra como médico director al Académico Doctor José María Montoya Camacho, graduado en la Universidad de Harvard y como Secretaria a la señorita Paulina Gómez, quien había sido la única mujer becada por la Fundación Rockefeller para adelantar estudios de postgrado, en la Universidad de John Hopkins en 1926”. (Cohen, citada por Durana, 2003). Es interesante anotar que ya en la década del 20 había habido un grupo de enfermeras norteamericanas en Río de Janeiro a través de un convenio entre el Departamento Nacional de Salud Pública del Brasil y la Fundación Rockefeller. (Sauthier y Alencar, 1999).
El Gobierno secundó a las Señoritas Ana e Isabel Sáenz Londoño quienes regresaban de París con estudios formales de enfermería en la creación del Centro de Acción Social Infantil. (Pedraza, 1990). Figuró como Director el Dr. Enrique Enciso quien venía dirigiendo la Higiene y Salubridad Municipal. Recibió la personería jurídica en 1931; su plan de estudios era de tres años, con una tesis de grado; fue aprobado en 1932 por el Departamento Nacional de Higiene y en 1937 fue autorizado por el Ministerio de Educación Nacional para expedir el título de “Enfermera Social”. (Pedraza, 1954). Bejarano (1948) complementa diciendo que se graduaron cerca de 60 alumnas en sus 11 años de labores.
Siguiéndole el rastro a la formación de personal de enfermería en Cartagena, “En 1923 la Asamblea Departamental de Bolívar, por Ordenanza No. 65, reglamentó el funcionamiento del Hospital Santa Clara. Dicha Ordenanza en su artículo 23, creó una Escuela de Enfermeras y otra de parteras, anexas al hospital y en el artículo 21 se reconoció como jefes a las enfermeras graduadas después de haber practicado dos años”. (Ferreira, 2003:145)
Etapa de 1935 a 1954. El 25 de Enero de 1937 el Consejo Académico de la Universidad Nacional de Colombia dictó el Acuerdo No. 5, por el cual se reorganizó la Escuela de Comadronas y Enfermeras que venía funcionando en el Hospital San Juan de Dios. Su nombre se cambió por el de Escuela Nacional de Enfermeras. El nuevo sitio de práctica establecido fue el Hospital San José, que había sido inaugurado formalmente en 1925, y era uno de los más modernos de la capital. (Muñoz, 1958).
Se fijó un moderno plan de estudios de tres años de duración, no de dos años como era antes; en el tercer año se incluían cursos suplementarios completamente novedosos en los planes de estudio de la época, como: actividades sociales y sanitarias en relación con la protección infantil, Administración Hospitalaria, (que  existía ya en la Escuela de Enfermeras de Cartagena), estadística, fisioterapia especial, elementos de ciencia sanitaria y social; en las cuales se empezaba a esbozar el concepto higienista de la época.
El mencionado Acuerdo resolvía que la Escuela podía conferir el título de “Enfermera Hospitalaria” o también el de “Visitadora Social”. Para obtener del diploma de visitadora o enfermera social, se debería haber cursado y aprobado un año más constituido por las materias que determinara el Consejo Directivo, sin embargo no se encontraron actas de grado de Visitadoras Sociales. En la lista de graduandas del ocho de noviembre de 1939 aparece como título otorgado el de “Enfermera General”. Sin embargo, Es evidente que ya se veía de manera clara que la enfermera podía desempeñar diferentes roles, y se puede visualizar el perfil de la trabajadora social, como desprendido del de enfermera.
Parece ser que la década de los 30 fue prolífica en la creación de escuelas de enfermería, si hacemos explícito que en 1933 se repitió en el Hospital San Juan de Dios de Bogotá un curso para Hermanas de la Caridad (como el que se había hecho en 1927), y que en este curso se formó la Hermana Magdalena, que en 1937 fundó la Escuela de la Presentación, con 12 alumnas y algunas religiosas, patrocinada por el Doctor Juan N. Corpas como Director; hacia 1953 – 1954 esta escuela continuaba graduando un grupo de hermanas cada tres años. (Pedraza, 1954).
En 1938, siendo presidente de la Cruz Roja Colombiana el profesor Jorge Cavelier, está institución fundó una nueva escuela y para organizarla y dirigirla llamó a Blanca Martí. Este fue el primer plantel cuyas labores se iniciaron con ocho horas diarias de trabajo, y no doce como era costumbre. Por iniciativa de su directora se separó de las dependencias del hospital (como funcionaban hasta entonces las demás escuelas), con el fin de que las estudiantes llevaran una vida más normal y menos propensa a las enfermedades. (Velandia, 1995). La escuela funcionó en la Calle 13 entre carreras 5ª. y  6ª. en el centro de la ciudad de Bogotá. (Velandia y Morgan, 1974).
El Plan de Estudios establecido se basó en el currículo de escuelas de los Estados Unidos de Norteamérica, el cual comprendía como el de la Universidad Nacional, tres años de estudios teórico – prácticos, exámenes y tesis de grado. Como requisito de ingreso se exigían cuatro años de enseñanza secundaria. Esta escuela empezó a expedir diplomas de Enfermera General hacia 1940 – 1941. A partir de 1945 a las egresadas se les dio además el título de Auxiliar de la Sanidad Militar.

En 1941 la Pontificia Universidad Católica Javeriana fundó una Escuela en el Hospital de la Samaritana de Bogotá, con un plan de estudios de tres años, pero sin internado. La Universidad tenía unas residencias femeninas universitarias para estudiantes de diferentes carreras. (Velandia, 1995). Según Pedraza (1954), sus Directores habían sido médicos.  Según Niño y Vergara (1976), la Universidad Javeriana, bajo la dirección de la Hermana Gertrudis, abre la Escuela Doméstica y Social que al año siguiente pasar a ser Escuela de Enfermería; se realizan prácticas en el Hospital San Juan de Dios y en la Misericordia. El primer grupo se graduó el 21 de Octubre de 1944. (Pedraza, 1954)
El Presidente Alfonso López Pumarejo expidió el Decreto No. 466 de marzo de 1943 por el cual se crea la Escuela Nacional Superior de Enfermeras, como dependencia del Ministerio de Trabajo, Higiene y Previsión Social y supervigilada por la Universidad Nacional de Colombia. (Decreto 466 de 1943). Se comenzaron tareas el 13 de Marzo de 1944 con un personal de 49 alumnas becadas. Las cinco Instructoras fueron seleccionadas entre las primeras graduadas de la Escuela de Enfermeras de la Facultad de Medicina. Además de su salario, a partir de 1948, fecha en la cual se trasladó a la Escuela (recién construida) en la Ciudad Universitaria contaban con residencia. (Universidad Nacional de Colombia, 1975).
Por la misma época en que se fundó la Escuela de las Hermanas de la Presentación en Bogotá, la comunidad de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl estableció en Cali una escuela para algunas de sus religiosas, la cual fue aprobada por Resolución No. 64 del 1 de Febrero de 1939. Expidió títulos de Enfermera Hospitalaria en los años 1941, 1950 y 1951.
La Escuela de Enfermería Hospitalaria fue una de las primeras con las que se creó en 1945, en la ciudad de Cali, la Universidad del Valle (que hasta 1949 se llamó Universidad Industrial); se recibieron 19 alumnas de las cuales las primeras ocho se graduaron en 1948; a finales de 1949 se cerró debido a problemas presupuestales.
Por Resolución No. 30 del 29 de Septiembre de 1950, emanada del Consejo Directivo de la Facultad de Medicina y siendo Decano el doctor Ignacio Vélez, la Universidad de Antioquia estableció una Escuela de Enfermeras Hospitalarias, en la ciudad de Medellín. Estaba dirigida por las Hermanas de la Caridad de la Presentación, y su plan de estudios era de tres años,   aprobado oficialmente por Resolución 1220 del mismo año.
 Esta es una etapa de transformación de las escuelas existentes, de cierre de algunas y de transformación curricular de otras que desde un enfoque hospitalario buscan ajustar los contenidos a las tendencias higienistas de la atención en salud.
Etapa de 1955 a 1974. En 1953, una egresada de la Escuela de Enfermeras de la Universidad Nacional, Inés Durana Samper,  es la primera enfermera colombiana que sale del país a obtener el Bachellor (o Licenciatura) en Enfermería en la Universidad Católica de Washington; a su regreso es nombrada en 1957 como Directora de la Escuela Nacional Superior de Enfermeras, la cual fue elevada a la categoría de Facultad de Enfermería por el Acuerdo No. 1 de Enero 16 de 1958. En el mismo año (1958) se modificó el programa de estudios y se estableció la Licenciatura en Ciencias de Enfermería, con una duración de cuatro años, divididos en ocho semestres académicos. (Velandia, 2006, b). En 1967 ya había seis unidades docentes que ofrecían programas de Licenciatura: Universidad Nacional de Colombia, Cruz Roja (en convenio con la U. del Rosario), Universidad Javeriana, Universidad del Valle, Universidad de Cartagena y Universidad Industrial de Santander.
A mediados de la década del 60, la Universidad del Valle empezó a ofrecer programas de postgrado en las áreas asistenciales de psiquiatría y salud mental y en materno infantil. A comienzos de la década del 70, nacieron los programas de Magíster en Administración y en Educación, en la Universidad Nacional de Colombia. Que son los primeros en América Latina, con los que se abren por esa misma época en la Escuela Anna Nery de la Universidad Federal de Río de Janeiro. Así como sucedió con los programas de Licenciatura, a los programas de postgrado también se vincularon enfermeras procedentes de diferentes países, que más adelante influyeron de manera determinante en el desarrollo de la enfermería en toda América Latina.
En 1965 la Escuela de Enfermeras de la Universidad de Cartagena se vinculó nuevamente a la Facultad de Medicina y al año siguiente, se exigió el título de Bachiller para el ingreso a la Escuela, lográndose además una reestructuración académica y un nuevo plan de estudios de cuatro años, para obtener el título de Licenciada en Enfermería. (Ferreira y Machena, 1993)
En la década del 60, Colombia ofreció el programa de Licenciatura en Enfermería y tuvo estudiantes procedentes desde México hasta Argentina y en la década del 70 ofreció programas de Maestría, inicialmente en Educación y en Administración en Enfermería, al cual también llegaron enfermeras de diferentes países; México también ofreció programas de especialización, especialmente en Pediatría; en la década del 80, Brasil empezó a ofrecer programas de doctorado, a los cuales empezaron a asistir enfermeras extranjeras, especialmente en la década del 90.
También en esta etapa se empiezan a admitir hombres en la carrera de enfermería. En 1966 lo hace la Universidad Nacional de Colombia y el primer colombiano Licenciado en Enfermería lo hace en 1973. (Chiappe, 1989)

Etapa de 1975 a 1990. Los años posteriores a 1975 estuvieron marcados por el mismo fenómeno de rápido crecimiento cuantitativo observado en la educación colombiana desde 1945. Las diferencias de crecimiento en los tres niveles de educación fueron de 1970 a 1980, todavía más importantes. En estos diez años la matrícula en las escuelas primarias creció en un 63%, en el nivel medio o de secundaria en un 160% y en el nivel superior o universitario en un 278%.
La participación de la mujer en la universidad se empieza a sentir desde la década del sesenta, pero ahora se torna particularmente importante. Según León (1977) creció de un 16% en 1960 a un 50% en 1973. Incluso según un informe de la Revista Cromos de 1989 (No. 31, pág. 137), la población femenina universitaria era ligeramente superior a la masculina (52%). En esa misma ocasión, en la Universidad Nacional de Colombia, la tercera parte de las mujeres que ingresaron estaba concentrada en seis carreras: trabajo social, idiomas, enfermería, nutrición, odontología y psicología. (Gualy, 1988)

Al inicio de esta etapa surgió con el gobierno de Alfonso López Michelsen, por el Decreto 1358 de 1974, la incorporación de la educación tecnológica a la educación superior del país y con ello una política general de ampliación de cupos universitarios y de creación de Institutos Tecnológicos, auspiciada en el campo de la enfermería por el Ministerio de Salud y la OPS, que aunada a las conclusiones del Macrodiagnóstico de Enfermería; dieron lugar a una proliferación de programas de carácter tecnológico, de tres años de duración, similar a los anteriores programas de formación de enfermeras generales. Paralelamente se generó una política de aumento de cupos en las facultades y escuelas de enfermería general, sumada en algunos casos al cambio de una admisión anual de estudiantes a una semestral. Todo esto acrecentó de una manera significativa el ritmo de producción de profesionales de enfermería, que pasó de 104 egresados en 1968 a 928 en 1978. (Velandia, 1988)

Por Resolución 02050 de 1977 se establece el Servicio Social Obligatorio (año rural de trabajo previo a la legalización del título profesional), con el objetivo de llevar el recurso humano de enfermería a los hospitales de nivel local y regional del recién establecido Sistema Nacional de Salud y así tratar de disminuir la concentración de los profesionales de enfermería en las grandes ciudades y atacar el naciente fenómeno del desempleo, fruto de la producción masiva de profesionales sin el correspondiente aumento de plazas en las instituciones. De tal manera la llamada “práctica rural” de los estudiantes de los últimos semestres de la carrera además de una estrategia para conocer mejor la situación real de salud del país contribuyó a ir abriendo otros mercados de trabajo para las recién egresadas.

Esta masiva producción de enfermeras que las regresó “a la cabecera del paciente”, también motivó que los programas de formación, que en la década del 60, con los primeros programas de Licenciatura estuvo orientada a las áreas funcionales de administración de servicios de enfermería y educación de personal de enfermería; se cambiaran hacia un enfoque más asistencial, acorde con el aumento de personal profesional.

En la década del 80 la educación de enfermería se ve transformada por la Reforma de la Educación Superior de 1980 que dió reglamentaciones específicas para el Instituto Colombiano de Fomento de la Educación Superior – ICFES, la Universidad Nacional de Colombia, los Colegios Mayores y la Unidad Administrativa Especial ( o Universidad Militar). (Velandia, 1988

Etapa  de 1991 a 2008. Continúa el proceso de conversión de los programas tecnológicos (Diplomatura) a programas de Licenciatura. A comienzos de los 90, los 20 programas en funcionamiento eran todos de Licenciatura. Al final de la década del 80 y sobre todo a comienzos de los 90, vuelven a aparecer programas de Magíster pero ahora también en áreas asistenciales: pediatría, materno – infantil, salud familiar.
La evidente escasez de enfermeras profesionales frente a los auxiliares de enfermería impulsó la necesidad de buscar estrategias para acrecentar el número de enfermeras. Entonces se empezó a hablar del programa de profesionalización de auxiliares de enfermería, teniendo en cuenta que el 90% de ellos, tenía su educación secundaria completa, y que ya en otros países (Cuba, España, Uruguay, Venezuela, México, Argentina) habían hecho avances definitorios en este sentido. (Velandia, 1995: 141) Esta política fue acogida en 1994 por un grupo de facultades de enfermería afiliadas a la Asociación Colombiana de Facultades de Enfermería – ACOFAEN.
En 1996 se inició el desarrollo de la propuesta en 11 de las 12 Facultades de Enfermería de Colombia. Según un artículo publicado en 2005 (López M., 2005), el 82% de estos programas se desarrolla en modalidad semipresencial con una concentración de la actividad presencial de tres días a la semana y el 18% restante, se ofrece en la modalidad presencial con concentración de la actividad académica en la jornada de la mañana. Esta política tuvo amplia aceptación en toda América Latina, como se hace evidente en esta publicación de la OPS en la cual se reseñan además las experiencias de Argentina, Brasil, Ecuador, Guatemala, México, Nicaragua, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.
Desde mediados de la década de los 90 se empezó a pensar en la posibilidad de abrir programas de doctorado en enfermería, que pudieran servir a enfermeras de otros países de América Latina, especialmente del Área Andina y de Centroamérica. Este proyecto estaba sustentado en las políticas de desarrollo de la enfermería para América Latina, como expresión de las cuales se desarrollaron desde la década de los 80 programas de doctorado en el Brasil y se empezaron a formar enfermeras colombianas este nivel.
El primer programa de doctorado en enfermería que se abrió en Colombia fue el de la Universidad Nacional de Colombia en el 2004 y la Universidad de Antioquia ya tiene aprobado su programa y planeado recibir estudiantes en el 2010.
Según Luque y López M. (2009), aparentemente dos fenómenos complementarios han caracterizado la educación superior de enfermería durante este periodo:  el desarrollo del proceso de teorización y conceptualización y la reforma nacional del cuidado de salud.

II.                  Desarrollo científico y tecnológico de la enfermería
Etapa de 1900 a 1919. Como es de suponer, el desarrollo científico y tecnológico de la profesión de enfermería en el país, en esta época es incipiente, prácticamente inexistente.
El primer libro de enfermería que se publica en Colombia es el Manual para Enfermeras. Primer Curso que aparece en 1914 en Bogotá, escrito por un médico, el doctor Ignacio Barberi. (Barberi, 1914, a.). En el mismo año el Dr. Barberi publicó la Segunda Parte: Nociones de Medicina, Cirugía y Farmacia, y en el mismo Volumen la Tercera parte: El Arte de la Enfermera. (Barberi, 1914, b).
“Por el año de 1917 se publicó en Medellín un libro titulado Enfermería cuyo autor fue el doctor Miguel María Calle. (Calle, 1917), (De la Paz, 1963).

Etapa de 1920 a 1934. En esta etapa la docencia en las escuelas de enfermeras era desempeñada por médicos; incluso en la dirección de las mismas estaba un médico y las enfermeras aparecían como sub – directoras y en ocasiones, eran las mismas jefes del servicio de enfermería del respectivo hospital. Así sucedió en Cartagena, cuando al implantar el reglamento de la Escuela de Enfermería, se establecía que habría una Directora que sería la Enfermera Mayor del Hospital, y la obligación de los profesores en las asignaturas era la de dictar tres conferencias teóricas por semana. (Pedraza, 1954).
Para esta época la enfermera no había asumido todavía la investigación como área de desempeño profesional, lo cual supone una falta de desarrollo disciplinar de la profesión.

Etapa de 1935 a 1954. Como resultado de la reforma de la educación superior y el ingreso de la mujer a la universidad, surgen nuevas escuelas de enfermería y en muchas de ellas empieza a exigirse examen de ingreso y tesis de grado.
Las enfermeras colombianas empiezan a asistir  a certámenes gremiales en el ámbito internacional, en donde presentan trabajos que muestran la situación de nuestro país en el campo profesional.

Etapa de 1955 a 1974. Durante este periodo aparecen los primeros elementos de aglutinación y motivación para la elaboración, presentación y publicación de trabajos, entre los cuales están: a) La incorporación de la educación de enfermería al sistema universitario, con la creación de los programas de Licenciatura en Enfermería. Podemos decir que en esta etapa se inicia la producción científica de enfermería, con la creación  del Programa de Licenciatura en Enfermería y de programas de Postgrado en la Universidad del Valle y la Universidad Nacional de Colombia; b) La puesta en marcha de los primeros programas de postgrado a nivel de Magíster; c) La organización por parte de la Asociación Nacional de Enfermeras, de los congresos nacionales, el primero de los cuales se realizó en la ciudad de Bogotá en 1959; d) La participación de las enfermeras colombianas en congresos internacionales a raíz de la afiliación de la ANEC al Consejo Internacional de Enfermeras en 1957 y la creación de la Federación Panamericana de Enfermeras en 1966; e) En 1966 se fundó la Revista ANEC de la Asociación Nacional de Enfermeras que tuvo gran acogida no sólo en Colombia sino en todos los países latinoamericanos, ya que la literatura de enfermería en español, era en ese entonces muy escasa. Aquí se empiezan a publicar los trabajos de investigación que eran un requisito de grado en los programas de Licenciatura y de postgrado; f) Por esa misma época los estudiantes de enfermería de la Universidad Nacional de Colombia, crearon su propia Revista. (Martínez, 1989); g) La Asociación Colombiana de Facultades de Enfermería – ACOFAEN, obtuvo su personería jurídica a comienzos de 1969. Aúna a todas las unidades académicas de enfermería de las universidades y de otras instituciones de educación superior del país; h) Aparece la primera revista de enfermería del país, la Revista ANEC de la Asociación Nacional de Enfermeras de Colombia.
Etapa de 1975 a 1990. Una serie de nuevos hechos impulsan el desarrollo y la divulgación de trabajos de investigación de enfermería en esta etapa: tal vez el más importante de ellos sea la organización de los coloquios nacionales de investigación por parte de ACOFAEN, el primero de los cuales tuvo lugar en Cali en 1979.
Un indicador significativo del desarrollo de la educación de enfermería en esta región del mundo es la creación en 1986 de la Asociación Latinoamericana de Escuelas y Facultades de Enfermería – ALADEFE, a la  cual se fueron vinculando unidades docentes de diferentes universidades del país: Universidad del Valle, de Antioquia y Nacional de Colombia. Desde su creación ha venido realizando los Encuentros Latinoamericanos de Educación en Enfermería.
Aparecen nuevas revistas de enfermería, diferentes a la ANEC, que hasta entonces era la única que se editaba en el país. La década del 80 se convirtió en una época particularmente prolífica en la aparición de publicaciones académicas de las unidades docentes de enfermería: en Mayo de 1982 la Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia desde su sede central en Bogotá puso en circulación el No. 1 de su revista Avances en Enfermería; en Febrero de 1984 apareció en la ciudad de Medellín la Revista Investigación y Educación en Enfermería, editada por la Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia; la Universidad de Cartagena ya estaba publicando su Boletín de Enfermería, que en 1987 toma el carácter de Revista con el nombre de: Enfermería – Humanismo, Ciencia y Tecnología. Posteriormente se introduce una nueva modalidad de participación de las unidades  académicas de enfermería en las publicaciones periódicas de otras carreras de ciencias de la salud. Es así como la carrera de enfermería de la Universidad Industrial de Santander - UIS, participa en la edición de la revista Medicina que posteriormente cambia su nombre por el de Salud. Por otra parte, la Carrera de Enfermería de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia – UPTC, lidera el Centro de Investigación y Extensión de su Facultad de Ciencias de la Salud y edita la revista Perspectiva: Proceso Salud Enfermedad; aparece de nuevo una revista de los estudiantes de enfermería de la Universidad Nacional: Proceso. El número 1 salió en Agosto de 1988.
A nivel continental, en 1976 nació la Revista Panamericana de Enfermería como órgano de divulgación de la Federación Panamericana de Profesionales de Enfermería – FEPPEN. En 1990 aparece la Revista ALADEFE  como órgano de la Asociación Latinoamericana de Escuelas y Facultades de Enfermería.
En 1988 ACOFAEN organizó un Coloquio Panamericano de Investigación en Enfermería con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud. Esta iniciativa fue secundada por México que celebró el II en 1990 y así se continúo cada dos años, de modo que el XI se celebró en el Perú en el 2008.
En agosto del mismo año, se celebró un Bogotá el I Encuentro Nacional de Estudiantes de Enfermería, organizado por la Universidad Nacional de Colombia. En el marco de este encuentro surge la Asociación Colombiana de Estudiantes de Enfermería. De ahí en adelante se han continuado organizando encuentros anuales en diferentes unidades docentes de enfermería en el país.
Otro hecho importante en esta década es la organización de encuentros de postgraduados de enfermería en varias especialidades organizados por sus egresados. En 1983 se organizó uno dedicado a especialistas en salud mental y en 1984, el primero en el área de salud ocupacional.
También en la década de los ochenta se empiezan a organizar encuentros o congresos profesionales de enfermería por universidades. El I Encuentro de Enfermeras Javerianas tuvo lugar en 1981, el I Encuentro de Egresados de la Universidad Nacional de Colombia se realizó en 1984, el I de la UIS en 1985 y el primero de la Universidad de Antioquia en 1987.
Un nuevo fenómeno que se da en esta etapa es la organización de centros de investigación dentro de las facultades de salud, con la participación decidida, y a veces verdadero liderazgo, de las carreras de enfermería, como es el caso de la UPTC y la UIS, o directamente dentro de las Facultades, inicialmente en la Universidad de Antioquia y luego también en la Universidad Nacional de Colombia.
Según el Estudio Nacional de Enfermería – ENE 1985 – 1987, el 41.8% de las enfermeras con estudios de formación avanzada lo han hecho en el área de la salud pública. Igualmente el 54.6% de las investigaciones realizadas corresponde a las áreas de epidemiología, salud pública, materno – infantil e infecciones intrahospitalarias. (Ministerio de Salud, 1989).
Una manifestación de desarrollo es la organización a partir de las facultades de enfermería, de programas de extensión en salud financiados por la Fundación W. K. Kellogg, apoyados con actividades docentes y la paulatina inclusión de elementos de investigación. Los más significativos en esta etapa son: PROINAPSA  de la UIS en la ciudad de Bucaramanga, AIMIDEC  de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, PRODEN de la Escuela de Enfermería de la Universidad del Valle en Cali y UNI de la Universidad de Antioquia.

Etapa  de 1991 a 2008. Como vimos al hablar del sistema educativo, en esta etapa se continuó el desarrollo de programas de postgrado en las modalidades de especialización y maestría y se inicia el primer programa de Doctorado en Enfermería; lo cual es una base importante para el desarrollo de la investigación.
Por otra parte, se continuó celebrando los Congresos Nacionales organizados por la ANEC, los Coloquios Nacionales de Investigación organizados por ACOFAEN, los Encuentros Nacionales y Latinoamericanos de Estudiantes de Enfermería y continúo la participación de enfermeras colombianas en eventos panamericanos y mundiales, convocados por la FEPPEN y el CIE.
III.              Prácticas de enfermería
Etapa de 1900 a 1919. En cuanto a enfermería, quisiera ir un poco más atrás, lo cual nos permitirá comprender mejor la situación de enfermería en el Siglo XX en Colombia. Para ello debemos conocer la historia del Hospital de la Santa Cruz de Barcelona, donde parece ser se empezó a organizar la enfermería como tal. En 1401 se empezó a preparar el Hospital. En 1417 fue promulgado un nuevo Reglamento, el cual fue según Cecilio Eseverry (1984: 50-56), “el punto nuclear de donde proceden los primeros pasos serios de la moderna organización hospitalaria española en general y de la enfermería en concreto”. Este hospital era regentado por los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios, quienes a comienzos del Siglo XVIII se encargaron de la administración de algunos hospitales en  Cartagena y Santafé de Bogotá.
En el Nuevo Mundo, y en Colombia, específicamente, hasta el Siglo XIX, los dos conceptos reflejados en los respectivos cargos: el de Enfermero Mayor (Jefe de Sala) y el de Servidor (quien da el servicio, atiende, cuida), son ocupados: el primero por los religiosos, o en su ausencia por una “distinguida dama de la alta sociedad”, y el segundo, por “sirvientas” dirigidas por aquella. Sin embargo, es interesante observar aquí como el cuidado de los hombres es asignado a los frailes y el cuidado de las mujeres a sirvientas dirigidas por una señora, más o menos como desde 1427 se reglamentara en España.
El 22 de Septiembre de 1867, el Presidente Santos Acosta reorganizó la Universidad de los Estados Unidos de Colombia, a la cual se incorporó el Hospital San Juan de Dios. La enfermería del hospital, quedaba a cargo de los profesores de la clínica. (Lozano, 1983). Debemos recordar que por esa época, ya habían salido del país los Hermanos de San Juan de Dios (1835) y no habían llegado las Hermanas de la Presentación, quienes llegaron procedentes de Francia en 1873. Seis hermanas llegaron el 26 de Mayo al Puerto de Sabanilla (hoy Puerto Colombia), y el 21 de Junio al Hospital San Juan de Dios de Santafé de Bogotá, que fue la casa donde las religiosas iniciaron su misión de enfermería en Colombia. Y a partir de esa fecha comenzaron la administración del Hospital San Juan de Dios. (Gaitán, 1974).
La Obstetricia fue tal vez el área de la salud a la que por primera vez tuvieron acceso las mujeres en Colombia. En 1881 una mujer solicitó que se le nombrara una comisión de profesores que la examinaran en el ramo obstetricial, y en caso de suficiencia, le extendieran un certificado como comprobante de ella; como sucedió en efecto. (Revista Médica de Bogotá, No. 62, 1881).
En esta primera etapa, creo que podemos hablar solamente de la práctica asistencial; ya que los campos administrativo, docente y de investigación, todavía no empezaban a ser desempeñados por las enfermeras.
Etapa de 1920 a 1934. La cooperación de la Fundación Rockefeller que viene desde la etapa pasada, en la década del 30 estuvo orientada a la erradicación de la fiebre amarilla en algunas ciudades como Bucaramanga y su estudio en zonas rurales y selváticas, a la creación del Laboratorio de Higiene Pública de Barranquilla y la escuela de inspectores y a la consumación de la Unidad Sanitaria de Pereira. (Eslava, 2004). Hasta entonces, la enfermería colombiana estaba influenciada por la escuela francesa de la observación (individual) del enfermo; en este momento entra formalmente el enfoque norteamericano de la medicina, orientado a la clasificación de los pacientes por especialidades y su consecuente reunión en salas separadas para su manejo por grupos de diagnósticos. Es en ese momento cuando se instala en la enfermería colombiana el enfoque administrativo que ha llegado a tal punto, que en ocasiones se asimila la palabra Jefe a la característica de profesional de enfermería.
Etapa de 1935 a 1954. El papel de Comadrona o Partera, que había permanecido en asociación con el de Enfermera Hospitalaria, empieza a perder importancia, para luego reaparecer como curso de especialización en Enfermería en Obstetricia.
La escasez de enfermeras, debido a la baja producción anual de las escuelas existentes, y la influencia de la medicina americana con su enfoque de “administración hospitalaria” que se va introduciendo en el país, va apartando a las enfermeras del cuidado directo y las ubica en labores administrativas, con la aquiescencia de ellas mismas, ya que en algunos casos esto se convierte en símbolo de “estatus”.
El desarrollo de la profesión como tal contribuye a que se rompa el esquema directivo de las escuelas de enfermería que venía siendo utilizado, donde un médico es el director de la escuela y una enfermera funge como sub – directora, la cual generalmente era la misma Enfermera Mayor o enfermera jefe del servicio de enfermería del hospital.
Muy temprano en esta etapa, empiezan a ocupar el cargo de Directoras enfermeras colombianas, algunas con estudios en el exterior. En la dirección de las escuelas también se va cediendo espacio por parte de las enfermeras religiosas a favor de las seglares. 
Como resultado de la reforma de la educación superior y el ingreso de la mujer a la universidad, surgen nuevas escuelas de enfermería y en muchas de ellas empieza a exigirse examen de ingreso y tesis de grado.
Como se verá más adelante, las enfermeras colombianas asisten a certámenes gremiales en el ámbito internacional, en donde presentan trabajos que muestran la situación de nuestro país en el campo profesional.

Etapa de 1955 a 1974. Ésta fue una etapa en la cual se realizaron varios estudios sobre el personal de salud y específicamente, el de enfermería. Según el Estudio de Recursos Humanos para la Salud y la Educación Médica en Colombia, realizado en 1965, el 86.8% de las enfermeras habitaba en ciudades capitales y en 67% de éstas estaba concentrado en los tres grandes centros urbanos: Bogotá, Medellín y Cali. Estos datos muestran una mejor distribución que en la encuesta de 1957, en la cual el 90% de las enfermeras activas estaba concentrado en estas tres ciudades. Aun cuando el 80% del personal de enfermería estaba en servicios hospitalarios; sólo el 4.3% de las enfermeras laboraban como enfermeras de planta, es decir en cuidado directo a los pacientes.
La emigración y el abandono de la profesión eran un  problema significativo. En 1965 el 12% del recurso de enfermería formado en Colombia se encontraba en el extranjero; y el 19% del personal censado eran enfermeras retiradas del ejercicio profesional.
En 1972 se actualizaron los estudios del estudio de 1965; la investigación realizada fue publicada bajo el título “Macrodiagnóstico de Enfermería” (Ministerio de Salud, 1989). En ella se encontró que la atención de enfermería se prestaba en su mayoría por personal auxiliar, que además representaba el 92.4% del recurso humano de enfermería del país, el cual se podía desglosar en: 39.5% de auxiliares, 47.0% de ayudantes y 5.9% de promotoras de salud.
Por ésta época ya se habían abierto unidades de cuidado intensivo en varias instituciones de Bogotá: el Hospital San Juan de Dios, la Clínica Shaio y el Hospital Militar Central; y desde 1967 se incluyó en el plan de estudios del programa de Licenciatura en Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia, una asignatura denominada Clínica Avanzada; más adelante hicieron algo similar en la Escuela de Enfermeras de la Cruz Roja Colombiana y en la Universidad Javeriana. (Avellaneda y otras, 1993).
La escasez de personal profesional y la consecuente delegación de la enfermera en la auxiliar de enfermería, la habían alejado de la atención directa de enfermería para dedicarse a labores administrativas y esto se vio reflejado en la encuesta de 1965, cuando se hizo evidente que el 77.7% de las enfermeras ocupaba cargos administrativos a nivel de Directora de Departamento de Enfermería, Supervisora o Jefe de Servicio (Unidad). (Ministerio de Salud, 1970). En 1972, este porcentaje había bajado un poco: a 75.6%. Durante esta etapa se establecen los primeros Departamentos de Enfermería en hospitales universitarios o de alto nivel tecnológico. Uno de los primeros fue creado en el Hospital San Juan de Dios de Bogotá en 1969 (Universidad  Nacional  de Colombia,  1976) y  a mediados de la década del 60 se crea el Departamento de Enfermería del Hospital Evaristo García de Cali. (Ferro, 1989).
Los bajos salarios representaban la segunda causa de la deserción laboral. Un aspecto que seguramente influyó en ello fue la participación de las enfermeras religiosas en el mercado laboral, ya que su salario promedio sólo representaba el 39.37% del salario de las enfermeras seglares. Además la jornada laboral de las religiosas era en general mayor que el de las enfermeras “particulares” o no religiosas.
Como consecuencia de todo lo anterior (0.6% enfermeras por 10.000 habitantes en 1964), podemos observar que: un número significativo de enfermeras ocupaba dos y hasta tres cargos simultáneamente; la enfermera llegó a ser identificada como la “Jefe”, expresión que en la práctica ha llegado a suplantar su título profesional; se formaliza el área administrativa de desempeño profesional al crearse un Magíster en Administración de Servicios de Enfermería; la formalización de los Planes de Salud, dentro de los Planes Nacionales de Desarrollo, originó la programación de las actividades de enfermería y puso a pensar a las enfermeras en la identidad de sus “actividades finales”, es decir en la identificación de los procedimientos técnicos específicos de la profesión.
En 1965 el 13.8% de las enfermeras desempeñaba cargos de dirección o docencia en las 6 escuelas de enfermeras y 27 de auxiliares de enfermería existentes por esa fecha en el país; ya en 1972, este porcentaje había ascendido a 21.4%, porque también el número de escuelas de enfermeras había ascendido a 11 y el de auxiliares a 32 escuelas. Otro aspecto a analizar es el nivel de formación de estas enfermeras docentes; en 1965 sólo el 50% de ellas tenían título de Licenciada, mientras que ya en 1972, eran el 70% y el 19% ya tenían un título de postgrado. A pesar de todo, es necesario decir que el área docente de desempeño profesional fue asumida de manera bastante lenta. En 1965 del total de docentes de las seis escuelas, sólo el 37.1% eran enfermeras. A principios de la década del setenta se crea un Magíster en Educación de Enfermería y de tal manera se formaliza el desempeño como docentes de las enfermeras.
Etapa de 1975 a 1990. La política de la ampliación de cobertura de los servicios de salud, la implantación de las estrategias de atención primaria y participación comunitaria, el alto índice de natalidad alcanzado en el país a mediados del decenio del sesenta y su influencia en la política de salud orientada hacia los programas materno infantiles, llevaron al fenómeno de la delegación o reasignación de funciones, lo cual produjo una expansión del papel de la enfermera.
Como efecto de la práctica rural establecida dentro de los planes de estudio de enfermería a mediados de la década de los 70 y del establecimiento del Servicio Social Obligatorio de un año como requisito para la legalización del título profesional, se redujo la concentración de enfermeras en las grandes ciudades y se empezaron a crear más cargos para ellas en los hospitales regionales y locales.
El crecimiento descontrolado de instituciones de educación superior, la creación de nuevos programas de enfermería especialmente de nivel tecnológico (diplomatura), la política de aumento de cupos en las universidades y la semestralización en la admisión (Velandia, 1992,) produjo un desfase entre la cantidad de egresados y la poca demanda de enfermeras en el sector salud, que dio origen al fenómeno del desempleo.
Según el ENE 1985 – 1987 (Ministerio de Salud, 1989), el 84.3% de las enfermeras está dedicado a los servicios y de ellas el 65.6% se desempeña en los servicios de hospitalización, el 12.7% en los servicios ambulatorios y sólo el 6% ocupa cargos administrativos. Estas cifras muestran un cambio radical en la utilización de las enfermeras, comparado con el Estudio Nacional de Recursos Humanos en Salud de 20 años atrás, y aún con el Macrodiagnóstico de Enfermería de 1972.
Probablemente como efecto del nuevo fenómeno del desempleo, van apareciendo nuevas formas de ejercicio profesional como la atención en el domicilio del usuario; también los profesionales de enfermería crearon instituciones de atención ambulatoria, de permanencia transitoria o de hospitalización para cuidado intermedio. Otra fuente de trabajo y otro campo de acción de las enfermeras fue la promoción de elementos de uso profesional tanto para enfermeras como para otros grupos de profesionales de la salud,  la producción o la venta de otros tipos de artículos, y también su empleo en institutos de belleza y cosmetología.
La vinculación de enfermeras que proceden del área de cuidados intensivos y urgencias con empresas productoras de equipos y materiales cuyo uso principal se da en el área asistencial, movió a estas organizaciones a apoyar financieramente ciertos eventos gremiales para utilizarlos como mecanismo de promoción de sus productos. Así se empieza a sentir cada vez más la influencia de los laboratorios farmacéuticos y de las empresas productoras o vendedoras de tecnología médica, en la orientación de la investigación y, en general, de las actividades académicas del gremio.
El cambio implementado por el Nuevo Sistema Nacional de Salud establecido a mediados de la década de los setenta, permite una mayor disponibilidad de las enfermeras para trabajar con otros profesionales y, por tanto, para aportar al desarrollo de programas interdisciplinarios.
Por otro lado entre 1972 y 1987, asciende del 14% al 31.6% el  porcentaje de docentes con título de Magíster, del 10% al 13% el de Especialistas, y consecuentemente, baja de 52% a 54.6% el porcentaje de Licenciadas que laboran como docentes y la proporción de docentes con Diploma de Enfermera General se reduce ya a menos del 1%. Empiezan a aparecer docentes con título de Doctorado o Ph. D. en áreas afines como la educación y la salud pública.
La docencia se profesionaliza con la creación de un Magíster en Educación de Enfermería, y la vinculación ya no sólo en la Universidad Nacional de Colombia sino en otras universidades públicas, de las llamadas “instructoras o supervisoras” de enfermería, al régimen de carrera docente; los requisitos de ingreso y los sistemas de escalafón o promoción se hacen más exigentes, lo cual crea la necesidad de nuevos cursos de postgrado e influye en la aparición de programas de articulación docencia – asistencia – investigación.
Según el ENE sólo el 4.6% de las enfermeras colombianas habían realizado investigaciones, de manera individual o en grupo. Es necesario aclarar que en el ENE (Ministerio de Salud, 1989) no se tuvo en cuenta la asesoría o dirección de trabajos de grado o de postgrado por parte de los docentes, ni la investigación hecha por enfermeras como requisito de grado en todos los niveles académicos (licenciatura, especialización, magíster, doctorado) que, de todas maneras, constituye una fuente significativa para el desarrollo científico, que no se puede desconocer.
Al analizar la producción académica de las enfermeras (Velandia 1989, b), el 45.6% de las investigaciones están orientadas al área preventiva o comunitaria, y el 45.4% restante a administración, educación, salud mental y otras. Sin embargo, la divulgación de la investigación, a pesar del surgimiento de varias revistas especializadas de enfermería, sigue siendo un punto crítico del quehacer científico en el país. La divulgación se hace mayoritariamente (52.9%) de manera presencial (oral). (Ministerio de Salud, 1989), lo cual denota la falta de tradición escrita que es considerada como una de los indicadores de desarrollo científico.

Etapa  de 1991 a 2008. Entre finales de la década de los ochenta y comienzos de los noventa, prácticamente todos los países latinoamericanos adoptaron programas de ajuste estructural prescritos por organizaciones económicas internacionales, entre ellos la reforma a la salud y a la seguridad social, con los siguientes criterios: el primero estaba relacionado con la des-institucionalización de la salud, transfiriéndola a las unidades familiares; el segundo se orienta a poner en práctica criterios de focalización y de costo eficiencia, y tercero, mayor diversidad y competencia en la prestación de servicios de salud, los cuales deben darse al sector privado. Como escribe una enfermera colombiana: “¿enfermería: más rápida, a menor costo y con mayor eficiencia?. (López D., 2000)
Las repercusiones de las reformas del sector salud sobre los trabajadores difieren según el país; pero en términos generales las mujeres se han visto más afectadas que los hombres, y aquellas concentradas en los servicios de salud y educación son más vulnerables a los recortes impuestos a estos sectores dentro del contexto global, ya que los procesos de reforma acompañados de reducción del gasto suelen llevar a una combinación de medidas de flexibilización laboral como despidos obligatorios por exceso de personal, congelación de vacantes, sustitución de empleos de tiempo completo por empleos de tiempo parcial, jubilación anticipada y otros programas voluntarios de reducción de personal, congelación de la contratación, readaptación profesional y otros métodos, que profundizan la informalización de las relaciones laborales. (Velandia, 2002)                                                                                                                                                                                                                                                      
Un hecho que marca un hito en el sistema de salud colombiano es la expedición de la Ley 100 de 1993 que estableció un nuevo Sistema General de Seguridad Social en Salud, en el cual cada persona paga un valor a una empresa aseguradora que cubre el riesgo de enfermedades que pueda sufrir, constituyéndose así en un cliente afiliado al sistema. De esta manera el mercado de la salud es manejado por una empresa promotora de salud - EPS que actúa como un intermediario financiero que contrata la atención de salud de sus afiliados con instituciones prestadoras de servicios de salud – IPS. (Carvallo, 2005)
Un estudio reciente sobre las relaciones contractuales entre las prestadoras y aseguradoras de servicios de salud en una región del país (Rodríguez y Molina, 2009), muestra que el desarrollo de la red de servicios de salud es limitada, la competencia entre las instituciones del sector se ha convertido en una lucha por la supervivencia, el asegurador tiene una posición dominante expresada en los procesos de contratación, en los cuales las IPS tienden a privilegiar el precio y no la calidad de los servicios.
Un proyecto liderado por el CIE, quien estaba preocupado por la imposibilidad de definir los fenómenos de que se ocupa la enfermería, y que tuvo su desarrollo en la década del 90 fue la Clasificación Internacional de la Práctica de Enfermería – CIPE, dentro del cual Colombia fue uno de los cuatro países de América Latina seleccionados para llevarlo a cabo. (ANEC, 2000, b). Durante el I Simposio Internacional de Clasificación de la Práctica de Enfermería, celebrado en la ciudad de Jaoa Pessoa, (Brasil), en  Mayo de 2000 se presentaron los resultados de los proyectos CIPE desarrollados en América Latina: Chile, Brasil, Colombia y Méjico. (ANEC, 2000, c).
Para algunas enfermeras el nuevo sistema de seguridad social es un reto para el ejercicio laboral que puede ser aprovechado de manera inteligente en lugares y horarios flexibles. Un espacio que se ha abierto de manera más explícita es el ejercicio liberal de la profesión con actividades a domicilio e incluso con la creación de Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud que ofertan sus servicios directamente a las Empresas Promotoras de Salud.

IV.               Aspectos relacionados con la evolución legal y gremial de enfermería

Etapa de 1900 a 1919. En Colombia en esta primera etapa no existía ninguna organización gremial. Y los elementos vigentes de tipo legal tenían relación con el ejercicio de las parteras, comadronas u obstetrices; de lo cual hablaremos en la siguiente etapa.

 Etapa de 1920 a 1934. Aun cuando todavía no había una organización gremial como tal, si había ya un elemento de tipo legal. Según Pedraza (1954) paralelamente con la creación en 1931 de la Escuela Nacional de Enfermeras Visitadoras, se promulgó una resolución por la cual se establecía que no podían  nombrarse oficialmente enfermeras para dispensarios, consultorios, sala cunas  y demás instituciones o empresas de asistencia social, sino a quienes presentan el título expedido por esta Escuela.
Los salarios eran muy bajos, entre otras cosas porque hasta antes de crear estas escuelas para formar enfermeras seglares, las religiosas habían hecho este trabajo y ellas no ganaban salario. En la Escuela de Comadronas y Enfermeras de la Universidad Nacional las estudiantes tenían beca, hecho que muestra la necesidad de incentivos especiales debido al poco interés que había por estudiar enfermería.
Etapa de 1935 a 1954.Según Wiesner (1966), existían en la capital colombiana 80 Enfermeras Visitadoras al frente de los cargos de enfermería en la Higiene Municipal. En ese mismo año el Director Municipal de Higiene concibió la idea de traer al país la comunidad de Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, más conocidas como hermanas vicentinas, para ocupar los cargos de estas 80 enfermeras.
Hacia 1949 el Ministerio de Trabajo concedió la personería jurídica que consagró a la Asociación de Enfermeras Visitadoras como sindicato, pasando a llamarse Asociación Nacional de Enfermeras de Colombia – ANEC, que en 1957 entró a formar parte del Consejo Internacional de Enfermeras – CIE, con todas las prerrogativas que esto conlleva.
En esta etapa son expedidos diferentes leyes y decretos reglamentarios de la profesión, entre ellos: el Decreto 1232 de 1942, por el cual se crea el Escalafón Nacional de Enfermeras; el Decreto 466 de 1943, por el cual se crea la Escuela Nacional Superior de Enfermeras con prerrogativas sobre las escuelas existentes; el Decreto 3151 de 1946 (Octubre), por el cual se dictan algunas disposiciones reglamentarias sobre Escuelas de Enfermería y otras.
Un logro importante fue la promulgación de la Ley 87 de 1946 que reglamenta la profesión de enfermería en el país, y en el mismo año, según el Decreto 3151, se establecen tres categorías de escuelas de enfermería, entre ellas la de Auxiliares. Se decreta oficialmente el día 12 de Mayo como el Día de la Enfermera.
El Decreto 3550 del 20 de Octubre de 1948 clasificó el personal de enfermería así: enfermera general y enfermera hospitalaria; también se habla ya de la enfermera especializada, para lo cual debe hacer un curso de especialización. Así mismo establece formalmente el personal auxiliar de enfermería con diferentes modalidades: auxiliares de enfermería general, auxiliares de enfermería hospitalaria, auxiliares de enfermería partera y ayudantes de hospital o asistentes hospitalarios.
Se creó también la Junta de Títulos de Enfermería, autorizada desde entonces para expedir el correspondiente Carné de Identificación Profesional.
Etapa de 1955 a 1974. En el ámbito gremial éste fue un momento de gran desarrollo de las relaciones internacionales. El interés por crear una federación regional de asociaciones nacionales de enfermería se había hecho evidente desde 1943 en el Congreso Panamericano de Enfermería realizado en Chile; pero se hizo realidad en 1966, en el VIII Congreso Interamericano de Enfermeras celebrado en Guatemala, cuando con el voto favorable de Colombia y 11 países más fue aprobada la creación de la Federación Panamericana de Enfermeras.
En 1957 durante el IX Congreso Cuadrienal del CIE, la Asociación Nacional de Enfermeras de Colombia – ANEC, entra a formar parte del Consejo Internacional de Enfermeras – CIE.
La ANEC es miembro estatutario de la Asociación Colombiana de Facultades y Escuelas de Enfermería – ACOFAEN, creada en 1968 y trabaja mancomunadamente con ella, en el mejoramiento de la formación de enfermeras en el país.
En 1966 se inicia la serie de intentos para tener una nueva ley de enfermería que actualizara la Ley 87 de 1946 que reglamentaba la profesión de enfermería en Colombia. Por esta misma época se inició el proceso de independencia locativa de las oficinas de la Asociación Nacional de Enfermeras de Colombia, pues hasta 1965 la Junta Directiva Nacional y la recién fundada Seccional de Cundinamarca, compartían una oficina y una secretaria dentro de la Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia.

Etapa de 1975 a 1990. Con el objeto de actualizar la legislación vigente para enfermería en el país, a través del Ministerio de Salud, y dentro del proceso de Rediseño del Sistema Nacional de Salud,  se obtuvo en 1976 la promulgación del Decreto 2184, aprobado el 15 de Octubre, que reglamentó la Ley 87 de 1946. Este mecanismo de actualización resultó en este momento más efectivo que los repetidos intentos para lograr la sanción de una nueva ley de enfermería. Sin embargo, continuaba planteándose la necesidad de modernizar la legislación profesional colombiana.
El desfase entre el número de egresados de las unidades académicas de enfermería y las plazas para cumplir con el Año Social Obligatorio, obligó a establecer un sistema de concurso (o sorteo) de dichas plazas, con el propósito de dejar en libertar de trabajar en otras instituciones a los recién egresados para los cuales no había cargos disponibles.
Por su parte, la FEPPEN avanzó en medio de dificultades en la conquista de metas importantes, se fue creando una conciencia de unidad latinoamericana que le ha permitido alcanzar posiciones que antes no habían sido logradas por enfermeras latinoamericanas.

Etapa  de 1991 a 2008. La Fundación Iberoamericana de Enfermería – FIDE, fue creada en 1993, durante la permanencia del Comité Ejecutivo de la Federación Panamericana de Profesionales de Enfermería – FEPPEN en Colombia, y aúna a las organizaciones nacionales miembros de  FEPPEN y los Colegios de Enfermeras de España y Portugal.
La ANEC participó en el Paro Cívico Nacional del 31 de Agosto de 1999, y ha venido participando en todas las acciones realizadas por las organizaciones sindicales del sector, por la defensa de la salud y la seguridad social de la población colombiana.
En el mes de Octubre de 1999 se celebró en Florianópolis (Brasil) conjuntamente con el 51º. Congreso Brasilero de Enfermería, el  X Congreso Panamericano de Enfermería. En ésta como en todas las reuniones y actividades organizadas por la FEPPEN, la ANEC ha participado de manera muy activa contribuyendo de manera significativa a su proceso de desarrollo. ( ANEC, 2000, a)
En Octubre de 2007 se celebró en la ciudad de México el XII Congreso Panamericano de Enfermería y la reunión del Consejo General de la FEPPEN.
En el marco de la Reunión del Consejo General de FEPPEN, celebrada en la ciudad de México del 2 al 4 de Marzo de 2006, se conmemoró su 35 Aniversario. (ANEC, 2008)
Las enfermeras colombianas han tenido importantes cargos en la Junta Directiva del CIE, representadas por Nelly Garzón Alarcón como su Presidenta durante el periodo 1985 – 1999, Luz Marina Alfonso Ávila y Beatriz Carvallo Suárez como miembros de la Junta Directiva, en representación de la región de América Latina, 1998 y 2005, respectivamente.
En 1991 un grupo de enfermeras reunidas en un trabajo colaborativo entre la OPS/OMS y la Asociación Colombiana de Facultades de Enfermería, preocupadas por los aspectos éticos del quehacer de enfermería, asistencia y docencia, se dieron a la tarea de iniciar la compilación de principios y normas éticas en el Código de Ética del profesional de enfermería. Cinco años después y tras la gestión de un grupo de enfermeras en coordinación con la Asociación Nacional de Enfermeras de Colombia, ANEC, el Congreso de la República sancionó la ley 266 de 1996, la cual reglamenta el ejercicio de la profesión de enfermería, define la naturaleza y el propósito de la profesión, determina el ámbito del ejercicio profesional, desarrolla los principios que la rigen, determina sus entes rectores de dirección, organización, acreditación y control del ejercicio profesional, las obligaciones y los derechos que se derivan de su aplicación. Crea el Consejo Técnico Nacional de Enfermería como un organismo de carácter permanente de dirección, consulta y asesoría del Gobierno Nacional, de los entes territoriales y de las organizaciones de enfermería, con relación a las políticas de desarrollo y ejercicio de la profesión de enfermería en Colombia. En el capítulo V autoriza a la ANEC para realizar la Inscripción y Registro Único Nacional de quienes ejercen la profesión de enfermería en el país. Esta disposición fortalece a la Asociación al asignarle funciones de control del ejercicio profesional. (ANEC, 1999)
Según lo dispuesto en la Constitución Colombiana de 1991, los Códigos de Ética deberán convertirse en Ley de la Re-pública, por lo tanto, el Tribunal Nacional Ético de Enfermería (TNEE), que inició labores en enero de 1997, emprendió la tarea de conseguir su aprobación en el Congreso de Colombia, que culminó con la expedición de la Ley 911 de 2004, o Código Deontológico de Enfermería. (Echeverri, 2007).

V.                 Relación histórica con el extranjero
Etapa de 1900 a 1919. La influencia “científica” (Médica) es francesa. En 1827, luego de la creación por el General Santander en 1826 de la Universidad Grancolombiana (Universidad Central de la República) con sus tres grandes centros: la Universidad Central de Caracas, la Universidad Central de Quito y la Universidad Central de Bogotá (cerrada ésta última por José Hilario López en 1850 como efecto de la liberalización de la enseñanza y práctica de las profesiones, para reabrirse luego en 1867 por el Presidente Santos Acosta como Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia); se traen a Colombia médicos franceses, con lo cual se entroniza oficialmente la medicina francesa en el país.
Y casi en seguida, se hace lo mismo para enfermería, con la solicitud de las Hermanas de la Presentación y la llegada de seis de ellas, para el Hospital San Juan de Dios, el cual había sido adscrito a la Universidad Nacional desde su creación en 1867. La enfermería colombiana desde sus cimientos en la era moderna de la profesión (cuya iniciación se asocia con Florence Nightingale en 1860), ha estado vinculada en Colombia con la universidad y prueba de ello es el hecho que el primer curso para formar enfermeras se organiza en la Facultad de Medicina de la Universidad de Cartagena de Indias, en 1903.
Vistos hasta aquí los hechos, hasta la década del 20, la enfermería colombiana venía influenciada por la medicina francesa de la observación individual del enfermo; que era la que predominaba en todo el mundo “científico” o de la medicina occidental. Y es éste un momento cuando entra formalmente a la enfermería colombiana el enfoque de la medicina americana, orientada a la clasificación de los pacientes por especialidades y su consecuente reunión en salas por especialidades, para su manejo por grupos de diagnósticos, en vez de las antiguas “enfermerías de hombres” y luego también de mujeres.

Etapa de 1920 a 1934. La Escuela de Enfermeras de Cartagena, es tal vez la primera en Colombia que refleja el paso en la formación de personal de enfermería, de la influencia francesa que orientó a las primeras escuelas, a la norteamericana. Y no es casual que sea justamente en Cartagena en donde aparezca este nuevo enfoque, si tenemos en cuenta que las primeras “instructoras” de la escuela de enfermería de Cartagena eran y fueron durante varios lustros, enfermeras procedentes de Panamá y quienes habían estudiado en la Escuela de Enfermeras del Hospital Santo Tomás, precisamente el hospital norteamericano que funcionaba en la Zona del Canal, con todas las características de enclave que han facilitado el desarrollo de una cultura americana en esa región.
La Cruz Roja Colombiana, por intermedio de la Cruz Roja Internacional  en 1919 trajo a Bogotá una enfermera belga, madame Ledoux; la señorita Ledoux tenía como ayudante a la Señorita Isabel Campbell. Más tarde en 1938, organiza la Escuela de Enfermeras, que funcionó hasta 1982, cuando por efecto de una reglamentación de la educación superior, que estableció que sólo las instituciones universitarias podían organizar escuelas de enfermería, se vio obligada a cerrar sus puertas.
Etapa de 1935 a 1954. En esta etapa se siente la presencia de organizaciones interamericanas que apoyan financieramente la creación de Escuelas y terminan influyendo de manera decisiva en su funcionamiento. Como son los casos de la Escuela Nacional Superior de Enfermeras en la cual intervienen tanto el Servicio Cooperativo Interamericano de Salud Pública – SCISP, como la Fundación Rockefeller; y en la Escuela de Enfermeras de la Universidad del Valle, la Fundación Rockefeller y la Fundación W. K. Kellogg.
En la segunda mitad del Siglo XIX y primera mitad del Siglo XX, es visible la influencia de la Cruz Roja Internacional;  a mediados del Siglo XX en toda América Latina, tienen mucho peso varías organizaciones internacionales, con mucha influencia norteamericana, como la Fundación Rockefeller, la Oficina Sanitaria Panamericana - OPS/OMS, el Servicio Cooperativo Interamericano y la Agencia Internacional para el Desarrollo. (Velandia, 2006, a)
La influencia externa a la región latinoamericana, es muy fuerte en la primera mitad del Siglo XX, ya en la segunda mitad se empieza a observar una influencia interna dentro de la región, es decir unos países latinoamericanos empiezan a influir sobre otros.
Etapa de 1955 a 1974. Durante este periodo se rompe definitivamente el modelo europeo de formación de enfermeras, orientado a los procedimientos técnicos y ofrecido en centros hospitalarios, y se implanta el modelo norteamericano con la creación del Programa de Licenciatura en la Universidad Nacional de Colombia, impulsado por una enfermera colombiana que regresa de los Estados Unidos con ese título. Su modelo curricular es seguido rápidamente por otras escuelas de enfermería del país. La Agencia Interamericana para el Desarrollo – AID, juega también un papel importante en el subsistema de servicios de enfermería por medio de sus enfermeras asesoras.
A partir de entonces Colombia actúa como multiplicador de la influencia norteamericana: inicialmente a través del gran número de enfermeras latinoamericanas que van a Colombia en la década del sesenta a obtener la Licenciatura y luego en la década del 70, a hacer estudios de Magister.
Etapa de 1975 a 1990. Con la llegada de enfermeras colombianas con postgrados en los Estados Unidos, se observa una profundización de la influencia que ya se venía recibiendo del sistema universitario americano.
Estas enfermeras con formación avanzada contribuyen a la apertura de programas de postgrado, en la década del 70 en la modalidad de maestría y en la del 80, en la modalidad de especialización.
Etapa  de 1991 a 2008. Aun cuando en Colombia la influencia extranjera, es básicamente norteamericana. Sin embargo, a fines del Siglo XX, todavía la influencia indígena y negra continúa presente. (Cortés, 1993)
Desde la década del 90 del siglo XX y especialmente a comienzos de este siglo, se siente que España está retomando influencia en la enfermería latinoamericana, especialmente a través del apoyo a sus organizaciones gremiales y de los programas de doctorado que están haciendo algunas enfermeras latinoamericanas en España o que algunas universidades españolas están ofreciendo directamente en algunos países de la región.
Consideraciones Finales
Es importante la integración que se viene dando en las últimas décadas entre todos los países de América Latina, incluyendo Brasil y la reciprocidad creciente entre Latinoamérica y los países de la península ibérica.
La integración con colegas de todo el mundo, es cada vez más real y efectiva. Además de la acción de las organizaciones internacionales, los encuentros en eventos especializados, las revistas indexadas internacionalmente y demás mecanismos de comunicación ya tradicionales; en el Siglo XXI ha sido importante el crecimiento de Redes Virtuales de Enfermería de ámbito nacional e internacional que se suman a las revistas Online que ya están relegando a segundo plano a aquellas que se editan sólo en papel o CD, pero no pueden ser consultadas en Internet.
El Siglo XX fue el Siglo de la Organización de las Enfermeras en todo el mundo, el Siglo XXI se vislumbra como el Siglo de la Comunicación Abierta y el Intercambio de Información.

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· Enfermera General por la Escuela de Enfermeras de la Cruz Roja Colombiana, Licenciada en Enfermería por la Universidad Nacional de Colombia, Máster en Administración de Salud por la Universidad Nacional de Colombia, Ph. D. en Ciencias Médicas, con énfasis en Salud Pública, por el Instituto de Medicina Sanitaria de San Petersburgo (Rusia). Pasantía Postdoctoral en la Universidad de Alicante (España)
Profesora Emérita, Universidad Nacional de Colombia.
Dirección Postal: Grupo de Historia de la Enfermería, Facultad de Enfermería. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, Ciudad Universitaria.
Correo electrónico: anlvelandiamo@unal.edu.co

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