Este blog tiene como objetivo compartir intervenciones en eventos académicos que no han sido publicadas antes a texto completo, reflexiones de la autora sobre temas relacionados con la historia y la sociología de enfermería y publicaciones en revistas que todavía no son accesibles en Internet.

martes, 7 de septiembre de 2010

EL PENSAMIENTO DE ENFERMERIA Y SU INFLUENCIA EN LAS NUEVAS TENDENCIAS DE INVESTIGACIÓN EN SALUD

Intervención en la Cátedra Manuel Ancízar.
Universidad Nacional de Colombia.
Bogotá, Octubre 25 de 1997.

Por: Ana Luisa Velandia Mora
E. G., L. E., M. A., Ph. D.
Profesora Emérita
Universidad Nacional de Colombia


Con frecuencia se oye hablar del "pensamiento médico", sea para plantearlo en términos positivos, o para criticarlo.

Sin embargo, en las ciencias de la salud, si bien "el pensamiento médico" es todavía hegemónico, no es el único.

Yo trataré de presentar a Uds. el PENSAMIENTO DE ENFERMERIA, dicho en otros términos, comentar con Uds., cómo piensan las enfermeras acerca de la salud.

Este es un aspecto muy importante, ya que justamente lo que le da identidad profesional a la enfermera es el enfoque humanístico (holístico, le gusta llamarlo a algunas enfermeras), que imprime al cuidado que presta a la salud de los seres humanos.

Enfermería se ha descrito en numerosas oportunidades como una serie de tareas y técnicas (subordinadas a la medicina); como un servicio humano amplio, compasivo y de apoyo; como una vocación aprendida; y más recientemente, como "una disciplina del área de la salud y del comportamiento humano, que maneja el cuidado de la salud en el transcurso del proceso vital humano." (Durán de Villalobos, 1998).

Hay acuerdo sobre los cuatro conceptos centrales que soportan el desarrollo de la enfermería en lo disciplinar y en lo profesional. Estos cuatro conceptos han sido identificados como: hombre (persona; cliente o usuario y enfermera), contexto (ambiente; del cliente y de la enfermera), salud (vida) y cuidado (intervención, acción, terapéutica) de enfermería.

Algunas enfermeras teoristas (como Martha Rogers) señalan que es imposible separar a la persona de su contexto porque en conjunto forman una unidad, totalmente indivisible. Y en general, hoy se puede decir, que enfermería ya acordó que el sujeto de estudio de la disciplina es el ser humano en unidad con su ambiente, lo cual flexibilizó el concepto de desarrollo teórico derivado de la estrategia: investigación / teoría.

Meleis sugiere que el concepto de cuidado de enfermería es tal, que engloba los demás conceptos presentados. (Durán de Villalobos, 1998).

La práctica existente es la primera fuente de ideas de enfermería y dentro de este contexto el receptor del cuidado de enfermería y el cuidado mismo, inspiraron la teoría.

La meta final del desarrollo teórico de enfermería es el desarrollo de teorías que guíen el cuidado de enfermería que se brinda a los pacientes. Varios modelos y conceptualizaciones teóricas hacen referencia a este aspecto terapéutico dentro de sus desarrollos: el uso de la empatía, la estimulación por tacto (toque terapéutico), el rol suplementario, la manipulación de los estímulos residuales, focales y contextuales.

Es importante hacer notar que "la conceptualización que hizo Florence Nightingale del ambiente, como esencia de la atención de enfermería, y su advertencia a las enfermeras sobre la necesidad de no concentrarse en el proceso de la enfermedad, son los intentos más tempranos de diferenciar el enfoque teórico de enfermería del enfoque teórico médico." (pag. 100).

Y al analizar la conceptualización "moderna" de la enfermería, uno se pone de acuerdo con Toulmin, cuando dice: "Las ideas regentes en un momento dado del desarrollo de las ciencias sociales en el Siglo XX, tienden a mostrar más semejanzas con aquellas aparecidas con uno o dos siglos de anterioridad, que con aquellas de la generación previamente anterior."

Es necesario hacer notar la influencia negativa que sobre la enfermería tuvo el paradigma médico, el cual se interesa en las ideas relacionadas con el fenómeno médico: signos, síntomas, cirugía, medicamentos, enfermedad. El paradigma médico influyó en que gran parte de la valoración inicial de enfermería, la cual fue ensamblada a partir de la identificación de problemas médicos y teniendo como elemento de apoyo las fallas o disfunciones de los sistemas corporales (cardiaco, respiratorio).

De la misma manera, gran parte de la valoración de enfermería fue inicialmente ensamblada a partir de la identificación de problemas médicos y teniendo como elemento de apoyo las fallas o las disfunciones de los sistemas corporales. Y así mismo, gran parte de la intervención de enfermería se presenta como complementaria o de ayuda a la intervención médica; y en términos generales las intervenciones y tratamientos de enfermería estaban enfocados a medidas para reducir la incomodidad causada por la patología y el tratamiento médico. (Durán de Villalobos, 1998).

Esto también tuvo una influencia muy grande en la construcción de los currícula de enfermería, que hasta hace poco estaban orientados hacia la atención de "pacientes" con determinados diagnósticos o tratamientos "curativos" de corte médico: medicina interna, cirugía, ginecología y obstetricia, pediatría, psiquiatría.

Actualmente, por ejemplo, el plan de estudios para la formación de enfermeras en la Universidad Nacional de Colombia, establece como objeto de estudio de la profesión de enfermería, el cuidado de enfermería del ser humano desde la concepción hasta la muerte, dentro del proceso salud enfermedad.

Por su parte, el proceso salud enfermedad se conceptualizó de la siguiente manera: "Fenómeno dinámico inherente al proceso vital humano, entendido como la relación vida - muerte, determinado por la interacción sociedad - individuo y caracterizado por desgastes y recursos que atentan o contribuyen a la integralidad humana."

En coherencia con lo anterior, el plan de estudios aborda los sujetos de atención en forma integral, como seres humanos, en relación con el ciclo vital humano (niños, adolescentes, adultos, ancianos) y asume el PVH como modelo explicativo y por lo tanto comprende al individuo integralmente en sus aspectos biológico, psicológico y social, centrado en la familia como núcleo de apoyo y hacia grupos de individuos o colectivos en procesos específicos. (Velandia, 1995).

De la misma manera, la investigación guiada por la orientación empírica, lineal y causal ha venido guiando la indagación de enfermería; no obstante, desde hace algún tiempo se plantean proposiciones muy importantes con relación a hechos tales como: la interacción materno - infantil, el autocuidado, el moribundo, el cuidado, la cronicidad, las relaciones transpersonales, la experiencia de la salud, etc., que no por estar en proceso de construcción son menos trascendentales para el desarrollo de nuevos marcos conceptuales y teorías que guíen la investigación en enfermería. (Gotner, 1980; Watson, 1988; Strickland y Waltz, 1990; Newman, 1995, citados por Durán de Villalobos, 1997).

La evolución de la ciencia de enfermería probablemente no ha seguido la evolución tradicional de las ciencias básicas y de otras disciplinas profesionales, conforme a lo que postulan los filósofos de la ciencia.

Entre otras cosas, porque la enfermería actúa en un sistema abierto y como tal debe responder a las demandas de la sociedad. Las acciones de enfermería y de sus usuarios (o clientes) están enmarcadas y modeladas por su ambiente social; por lo tanto, son modificables y cambiantes de acuerdo con las exigencias del contexto.

Albert considera que el desarrollo de una disciplina científica no es sólo producto de los presupuestos internos de su objeto ni el precipitado natural, espontáneo y súbito de una sistematización de los enunciados internos o de las representaciones de los fenómenos que estudia. Antes que eso, es siempre, o casi siempre, también el producto de una historia y de una práctica profesional. De tal manera, una disciplina como ciencia debe pensarse y construirse desde a historia, desde la práctica profesional, desde la filosofía de la ciencia, desde la historia comparada de las ciencias. (citado por Hernández, 1995).

El mismo Albert en el Prólogo al libro de Juana Hernández (1995) Historia de la Enfermería. Un análisis histórico de los cuidados de enfermería; dice: “La naturaleza disciplinar se caracteriza, ante todo, por la existencia de un núcleo conceptual. El conjunto de conocimientos que configuran este núcleo puede surgir de muy diversas formas. En unos casos, la propia naturaleza y organización de los conocimientos establecen el estatuto epistemológico de las ciencias básicas. En ese caso, es la propia naturaleza del conocimiento y su organización lógica la que se impone con evidencia como ciencia.

En otros casos, en cambio, como suele ocurrir en las disciplinas aplicadas, técnicas o prácticas, el proceso de configuración científica procede de una manera determinada en gran medida por factores históricos y sociales. Tal es el caso de las profesiones como la enfermería, que habiendo tenido un origen práctico y asistemático, han ido organizándose a través de los siglos como una actividad o profesión altamente estructurada, con un amplio campo de conocimientos específicos pertinentes a esa práctica, una metodología precisa y definida, y un objeto, material y formal, perfectamente identificable.

Enfermería tolera varios enfoques conceptuales y la apertura de posibilidades de utilización de metodologías cualitativas, generadoras de teoría y de metodologías cuantitativas probadoras de la misma, y esto facilita el avance del desarrollo de la ciencia de enfermería. Es así como las investigadoras de enfermería incursionan por aquellas sendas de la ciencia que aseguren la coherencia y el soporte filosófico adecuado al cuestionamiento científico. (Durán de Villalobos, 1998).

La preocupación por la rigurosidad cuantitativa de los años sesenta y setenta, ha dado paso al renacimiento del sentido y la percepción de las experiencias y la aceptación de los diseños alternos de investigación tales como la etnografía, la teoría fundamentada y la fenomenología, entre otros.

Enfermería, de alguna manera, logró en medio de vicisitudes, sustentar una concepción integral del sujeto de estudio, lo cual le ha permitido capitalizar para la disciplina profesional, riqueza y complejidad; sin separar totalmente la teoría de la práctica y mantener, a pesar de sus detractores, contacto cercano con el "arte de enfermería".

Esta concepción debe conservarse, sin importar cual sea el soporte filosófico que sustente el desarrollo científico y la investigación; así no habrá dicotomías entre la ciencia y el arte de enfermería, la profesión en sí misma y la disciplina, el hacer y el saber, el cuidado y la curación, la práctica y la teoría, lo subjetivo y lo objetivo, la mente y el cuerpo, lo ontológico y lo epistemológico.

La forma restringida del enfoque teórico positivista no es compatible con la filosofía de la enfermería, o al menos por la que la mayoría de enfermeras abogan. El reduccionismo, la causalidad, el mecanicismo, la miniconcentración y objetividad, están en franca contraposición con la conceptualización de enfermería que se caracteriza por la integralidad, el holismo, lo trascendente, lo contextual y lo ecológico con relación al ser humano.

Para muchos autores el fantasma de la visión tradicional ha detenido el avance de la ciencia de enfermería. Como resultado muchos aspectos holísticos de enfermería se han ignorado porque no son reducibles, cuantificables u objetivos. Los problemas mirados desde el punto de vista positivista se reducen a tal punto, que elementos fundamentales del entorno son despreciados y así se minimizan factores trascendentales. (Durán de Villalobos, 1998).


Biografía, Historias de Vida.

Cuando la historia llega a ser la memoria colectiva de todo un pueblo, dejando ya de ser relato literario o relato erudito; es decir, cuando el pasado no es una simple acumulación de recuerdos, sino un conocimiento de los hechos en sus conexiones, teniendo en cuenta la unidad del devenir, que une el presente con el pasado y las líneas tendenciales hacia el futuro, es cuando puede decirse en verdad, que se ha recuperado el pasado para conquistar el porvenir. (Tuñón de Lara, citado por Velandia, 1997). O al decir de otros historiadores, "teniendo en cuenta la unidad del devenir, que une el presente con el pasado y las líneas tendenciales hacia el futuro." (Ocampo, citado por Velandia, 1997).


Esta Nueva Historia de que se habla hoy, es entendida como una ampliación del territorio de lo que tradicionalmente hemos llamado historia. Después de conocer los hombres, las estructuras sociales en que viven, cómo producen bienes, de qué manera los distribuyen, a quiénes benefician; tenemos que comprender cómo fueron vividos esos hechos, la manera de sentirlos que tuvieron esos hombres, así como sus medios materiales, las relaciones entre hombres y cosas, hombres y entornos, hombres y herramientas, hasta penetrar en su vida auténtica, la "cotidianidad". (Tuñón de Lara, citado por Velandia, 1997).

Indudablemente aquí tiene cabida la historia de la familia, la historia del barrio, de la vereda, de las personas; la historia de la sexualidad, pero también la historia de la alimentación, de los muebles, del clima, del vestido, etc.

Con la corriente de la nueva historia, toman mucha importancia las fuentes orales. Directas, suministradas por las personas que estuvieron vinculadas a los hechos en calidad de participantes (actores) o testigos; o indirectas, las que transmiten la información de manera colectiva, a través de una "cadena transmisora", o de carácter impersonal. (García, citado por Velandia, 1997).

La salud y la calidad de vida estarían profundamente ligadas a ese proceso de acercamiento y conquista de los valores esenciales de lo humano y no sólo a la satisfacción de necesidades individuales. He aquí un campo de aplicación importante para las técnicas intensivas como las historias de vida.

Breilh considera que esta nueva tendencia en la investigación en salud, frente a las modalidades “extensivas” de encuesta y cuantificación, es un efecto de la influencia de las ciencias sociales y la consecuente pérdida de la influencia de las “ciencias de la naturaleza”. (Breilh, citado por Velandia, 1997).

Una línea importante de avance de la crítica al empiricismo es la recuperación de ese rico instrumental generado principalmente por la antropología, la etnografía y la historia, que son las técnicas biográficas de evocación y análisis del discurso.

Es necesario clarificar las distintas formas en que es posible estudiar el discurso: como estructura, - expresión cultural o ideológica - (lingüística y antropología); y como comunicación (crítica literaria, sociología, hermeneútica - interpretación).

Las técnicas en las cuales se ha concentrado la experiencia en salud son las que se requieren para la evocación del lenguaje o información textual (entrevista), historias y relatos de vida, observación participante, frases incompletas; y aquellas que se emplean para el análisis de los textos en cuanto comunicación (análisis de contenido y análisis de discurso).

Desde la perspectiva de un pensamiento social avanzado pueden reconocerse tres vertientes de análisis cualitativo:

- Análisis de contenido

Análisis de expresión
Análisis de relaciones
Análisis de evaluación o representaciones
Análisis de enunciación
Análisis temático

- Análisis de discurso : diferente al análisis de texto. (Thomas, citada por Velandia, 1997).

- Hermeneútica - Dialéctica : grandes sentidos de textos trascendentales.

Una de las expresiones del rechazo al empirismo de las encuestas surgió desde la vertiente cualitativista y, dentro de ésta, una de las técnicas más empleadas en salud, especialmente en su relación con el trabajo, ha sido la de las historias y relatos de vida.

Daniel Bertaux (citado por Velandia, 1997), sociólogo francés, es uno de los científicos que desde la corriente europea, más han aportado en los últimos años a la implementación de las técnicas de Historias de Vida.

Este enfoque tiene un carácter histórico (dado por la temporalidad del relato individual), un carácter dinámico (porque captan las estructuras de las relaciones sociales) y una dialéctica (porque confrontan continuamente la teoría y la práctica).

El uso de las Técnicas Biográficas o Historias de Vida se inicia desde comienzos de siglo en Estados Unidos y Polonia. Sin embargo, el punto de referencia obligado es la novela de Oscar Lewis (Los Hijos de Sánchez), publicada en 1961. (Balán, citado por Velandia, 1997).

A partir de la década de los 80’s resurge el interés por este tipo de técnicas; esta tendencia parece corresponder al fortalecimiento de las tendencias culturalistas y de la fenomenología.

Existe la preocupación acerca de que el hecho de enfocar individuos podría significar una sobrevaloración de lo individual sobre lo grupal o societal. Por lo tanto, las bondades de esta técnica de historias de vida son evidentes siempre y cuando, se obligue y explique la interpretación de sus resultados a la luz del marco conceptual histórico del grupo y la sociedad. (Córdova, citado por Velandia, 1997).

En realidad lo que se puede observar por medio de estas técnicas son los “patrones de individualización” de las prácticas y concepciones. Y además no se deberían levantar sólo las historias de vida, sino análisis de la historia y movimientos de los grupos (familias, grupos laborales, vecindario) a quienes están ligados los informantes; conformando así una historia local.

En síntesis, las historias de vida se deben utilizar como una herramienta para profundizar en el conocimiento de ciertos dominios dentro de un marco conceptual integral, y no como una expresión de “individualismo”.

En 1970 Norman Denzin (citada por Velandia, 1997), acuñó los términos life stories y life histories, el primero referido a las narraciones o relatos simples y espontáneos, mientras que el segundo implicaba además un trabajo histórico con uso de otros documentos de apoyo.

Daniel Bertaux distingue entre estudios socioestructurales y estudios sociosimbólicos. Los primeros buscan reconstruir las relaciones estructurales y estratégicas de reproducción más amplia por medio de entrevistas semidirigidas; los segundos, buscan establecer las representaciones, sistemas de valores, actitudes y simbolizaciones de la vida de los individuos.

De ese modo surgieron modalidades que Lucila Reiss y María Bueno (Velandia, 1997), sintetizan así:

Relatos o narraciones de vida: obtenibles por medio de entrevistas en las que el investigador interfiere en el mínimo posible, iniciando con una pregunta del tipo: “hábleme sobre su vida.”

Relatos sobre aspectos específicos de la vida: dando la misma libertad al entrevistado, pero sobre un aparte específico de su vida.

Método (técnica) biográfico: se confrontan el investigador con su proyecto definido y el entrevistado quien acepta relatar algo de su existencia de acuerdo con las demandas del investigador.

Respecto al muestreo, Bertaux aduce la conveniencia de utilizar la técnica de “bola de nieve” o “saturación”, basada en la experiencia de que la primera entrevista ofrece mucha información, la segunda añade algo y así sucesivamente, hasta que se llega a un punto en que las nuevas entrevistas ya no aportan nada significativo para los intereses del estudio.

Para alcanzar representatividad de la muestra (no cuantitativa o morfológica, sino sociológica), debe conseguirse una diversificación de los informantes. Aquí, hay necesidad de tener en cuenta que cada uno de los distintos criterios de representatividad tiene una significación diferente, conforme a los intereses del estudio.

El análisis consiste, entonces, en el proceso de "armar” las partes recogidas en las historias de vida individuales para “formar la imagen del todo” y su movimiento, su devenir, sus interrelaciones estructurales.

Algunos "historiadores" de las disciplinas y las profesiones, como en el caso de la Historia Social de la Geología (COLCIENCIAS, 1993), presentan a los personajes o figuras que marcan el desarrollo de las ciencias de la tierra en nuestro medio; es decir incluyen elementos de lo que sería una historia biográfica de la disciplina. De paso ya existe un intento de historia biográfica de la odontología colombiana.




Recuerdo de cosas pasadas a través de la escritura

La exploración de los modelos fundamentales de conocimiento en enfermería: empírico (ciencia), ético (moral), personal (individuo) y estético (arte); ha conformado la conceptualización actual de la enfermería, una profesión vista por la sociedad como crecientemente competente y confiable, con base científica, fuerte tradición moral y una comprensión creciente del poder del conocimiento personal que las enfermeras comparte en el cuidado de sus pacientes. (Carper, citado por Merkle Sorrell, s.f.).

Dentro de esta conceptualización de enfermería, sin embargo, las formas estéticas de conocer son reflejadas sólo en forma tenue. La literatura reconoce la importancia del "arte de la enfermería", lo mismo que de la ciencia de enfermería, pero se ha escrito mucho más acerca de la "ciencia del hacerlo bien", que acerca de la búsqueda de nuevas comprensiones a través de formas estéticas del conocimiento.

El conocimiento estético se identifica a menudo con el arte de la enfermería. Incorpora un modelo único de comportamiento que ofrece enriquecimiento a nuestra comprensión de la experiencia de enfermería, que no es accesible por otros formas de conocimiento.

El "arte - acto" es un medio de expresión del conocimiento estético. El arte - acto de la escritura es expresivo más que simplemente fáctico o descriptivo. La experiencia estética se resiste a ser descrita en lenguaje discursivo, y más bien encuentra su propio y único sentido de forma, estructura y articulación para conformar un todo. Es un lenguaje de experiencias, percepciones y sensaciones, caracterizado por el balance, el ritmo, la articulación y la proporción.

El proceso de escribir nos ayuda a recuperar importantes experiencias subjetivas en enfermería, mientras reflexionamos intuitivamente en estas experiencias, creando introspecciones e interpretaciones que promueven formas estéticas de conocimiento.

El escritor se desplaza de atrás hacia delante entre la reflexión y la escritura, escritura y reflexión, reformando las ideas iniciales dentro de nuevos significados que pueden sorprender al mismo escritor.

Una revisión global de investigación en composición indica que durante muchos años el enfoque fundamental se dio sobre el producto escrito, más que sobre el proceso. El enfoque sobre el proceso mismo de la escritura, ha llevado a nuevas comprensiones acerca de cómo la escritura puede mejorar el descubrimiento del conocimiento.

La escritura se puede clasificar en tres tipos: transaccional, expresiva y poética. La escritura transaccional utiliza prosa clara, convencional, concisa, para informar, persuadir o instruir a una audiencia; es lo que podríamos llamar la "escritura de trabajo".

La escritura expresiva es autoexpresiva o próxima al sí mismo; este tipo de escritura revela una persona "que habla", presta voz a los pensamientos del escritor, y generalmente se escribe para "uno mismo", como en los diarios y las cartas personales.

La escritura poética, frecuentemente conocida como "escritura creativa", funciona como un arte. Las palabras "de imaginación" tales como la ficción, la poesía, el drama y el canto son ejemplo de escritura poética.

Para utilizar la escritura como puente hacia el conocimiento estético, no es la escritura transaccional, sino la expresiva y la poética, las que ofrecen esta posibilidad.

Se puede utilizar gran variedad de formas de escritura expresiva y poesía para producir modelos estéticos de conocimiento en enfermería, incluyendo la narrativa, los periódicos, las cartas, la ficción y la poesía.

Proust utilizaba la narrativa para formar conocimiento estético a través de su recuerdo de cosas del pasado. En Enfermería y en otras disciplinas la narrativa está recibiendo énfasis creciente como modo de investigación de reflexiones sobre experiencias del pasado.

La aproximación fenomenológica a la entrevista, en la cual se pide a los participantes relatar un incidente crítico de su vida o una forma ejemplar de su práctica de enfermería, pueden evocar profundas experiencias. Sin embargo, aunque la mayor parte de la literatura en enfermería trata la narrativa oral, el uso de la narrativa escrita ofrece el único puente para la reflexión sobre el pasado.

La escritura narrativa no es sólo un método literario para hacer más dramático o interesante un texto; la narrativa en sí misma es un ejemplo de teorización práctica y funciona como un caso de reflexión experimental.

La naturaleza personal de la escritura periodística ofrece una rica fuente al conocimiento estético por cuanto el escritor recupera y forma experiencias pasadas por medio de la reflexión. Fenomenologistas como Husserl y Heidegger conformaron su conocimiento fenomenológico sobre el tiempo por medio de los registros del Diario de San Agustín.

Cartas escritas a los amigos, a familiares o a audiencias hipotéticas (los trabajos de Isabel Allende, son un ejemplo de este tipo de escritura), pueden utilizarse para promover conocimiento estético en enfermería. Por ejemplo, escribir una carta a una enfermera del Siglo XIX (o del XXI) estimula al escritor a imaginar "los espectáculos y sonidos" de la enfermería de esa época.

La validación empírica de la "verdad" carece de sentido en el conocimiento estético. Mas que verdad el escritor (o el lector) busca el sentido o la comprensión de la experiencia escrita. La ficción es una forma de escritura excitante para que las enfermeras la exploren.

La mayoría de nosotros fácilmente nos clasificamos como novicios en poesía escrita. Aún los placeres estéticos y las introspecciones que pueden derivarse de escribir y leer poesía ofrecen caminos inexplorados para conocer acerca de las enfermeras.

Las narraciones de las enfermeras al reflexionar sobre algún incidente importante de su práctica de enfermería, reflejan un conocimiento especial que no proviene del intelecto, sino de los sentidos. La cualidad estética del conocimiento de esas enfermeras es evidente en la forma como han integrado sus percepciones de la experiencia, reuniendo detalles dispersos en un todo, ayudando al lector a experimentar con el escritor el poder del conocimiento estético.

La investigación sobre enfermería fenomenológica es ejemplo de un tipo de investigación cualitativa en el cual el proceso de escritura desempeña un papel integral. Para el investigador fenomenológico, la escritura en sí misma es investigación.

Requiere sólo un momento notar que la mayoría de escritos de los médicos, de las enfermeras, de los educadores y de los investigadores, es de tipo transaccional. La mayoría de nosotros, tanto de niños como de adultos, no hay duda, hemos tenido una carencia de exposición a este tipo de escritos, y la escritura expresiva y poética no son parte integral de nuestra vida profesional, porque tampoco lo fueron de nuestra formación profesional. Y aun cuando a veces sí lo fueron de la educación secundaria; se quedaron perdidas en la memoria como "experiencias juveniles" o "pecados literarios."

El deseo de construir una fuerte base científica de conocimiento en enfermería, no tiene porque oscurecer los apuntalamientos estéticos más elusivos. El proceso escrito ofrece un medio valioso para el conocimiento estético, mientras la mano, el ojo y el cerebro juntos crean sentidos: "Para la mayoría de los escritores el acto de trazar palabras sobre el papel no es el registro del descubrimiento, sino el acto de exploración en sí. (Merkle Sorrell, s.f.).

Y sabemos que con frecuencia, puede resultar más valioso el "proceso" que el mismo resultado.


Referencias bibliográficas

Durán de Villalobos, María Mercedes. Enfermería: Desarrollo teórico e Investigativo. Trabajo de Promoción a Profesor Titular, 1997. (Circulación restringida).

Hernández Conesa, Juana. Historia de la Enfermería. Un análisis histórico de los cuidados de enfermería. Madrid: Interamericana McGraw - Hill, 1995.

Merkle Sorrell, Jeanne. "Recuerdo de cosas pasadas a través de la escritura: modelos estéticos del conocimiento en enfermería." (Sin referencias bibliográficas).

Velandia, Ana Luisa. "La formación de los profesionales de la salud orientada hacia el sujeto de atención y no hacia su problema médico." Trabajo aceptado para su presentación en 6º. Congreso Latinoamericano y 8º. Mundial de Medicina Social. Guadalajara (México), 1995. Publicado posteriormente EN: Cuidado y Práctica de la Enfermería, Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, 2000, Pp. 106 - 114. ISBN 958 – 701 – 003 – 5

Velandia, Ana Luisa. Investigación Histórica en Enfermería. Conferencia central en el Taller "Investigación sobre Historia de la Enfermería", dentro de Precoloquio organizado como parte de la programación general del XIII Coloquio Nacional de Investigación en Enfermería. Medellín, Mayo 14 a 16 de 1997.

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